¿QUÉ ES LA TROMBOSIS VENOSA?

Las venas son los conductos que se encargan de dirigir la sangre desde los órganos de vuelta al corazón, en sentido contrario a las arterias. El flujo de sangre en su interior va más lento que en la circulación arterial, y a menor presión.

En determinadas ocasiones (después de un traumatismo en la pared de la vena, en un paciente que lleve encamado mucho tiempo, en determinadas enfermedades que provocan que la sangre tenga más tendencia a producir coágulos…) puede producirse un trombo (sangre coagulada) en la vena, que obstruye la circulación de retorno en la misma. Esto es lo que se conoce como trombosis venosa.

Una vez que se produce, la circulación de retorno se ve muy dificultada por la obstrucción, lo que sobrecarga al resto de venas, ocasionando que parte del “agua” que contiene la sangre salga de la circulación y se aloje en los tejidos de alrededor, provocando hinchazón (edema) de la extremidad. Además de la hinchazón, el paciente suele presentar dolor y aumento de la temperatura de la pierna. No obstante, el mayor peligro de este problema es que el coágulo, que es reciente y blando, tiene riesgo de fragmentarse y “soltarse” de la pared venosa, pudiendo viajar por la circulación hasta el corazón y de ahí a los pulmones, provocando una embolia de pulmón.

Las consecuencias de la trombosis venosa dependerán de la localización de la vena afectada. Cuanto más grande y más cercana al abdomen sea la vena trombosada, mayores serán los síntomas, y mayor el riesgo de embolia de pulmón.

El tratamiento más importante para esta patología es la anticoagulación (fármacos que dificultan que la sangre se coagule), lo que disminuye el riesgo de embolia de pulmón y de que la trombosis progrese a otras venas adyacentes. En determinadas ocasiones, si la vena afectada es una vena superficial con bajo riesgo de desprenderse, puede tratarse con antiinflamatorios.

En los últimos años, algunos pacientes con trombosis venosa localizada en las grandes venas abdominales (cava inferior e ilíacas principalmente) pueden beneficiarse de un tratamiento endovascular para eliminar dicho trombo y restablecer un adecuado retorno venoso. Para que este tratamiento tenga mayores probabilidades de éxito, es muy importante que se realice en el momento agudo, aproximadamente en un plazo de 14 días tras el inicio del cuadro. Esta intervención, no obstante, no elimina la necesidad del tratamiento con anticoagulación.